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Cuidado con lo que les decimos

Posted on noviembre 20, 2015abril 11, 2016 by Maryórit Guevara

Nadie nos enseña a ser madres, y tampoco padres, casi siempre aprendemos utilizando el método heurístico prueba – error, por lo tanto, podemos formar un buen ser humano o meter las patas y creamos un ‘monstruo’. Por ello, que traer un hij@ al mundo no debe ser una decisión que se tome a la ligera.

Mujeres con formación, como quién escribe, nos convertimos en ‘cyber – madres’ y nos aferramos en San Google, para dar respuestas a cada una de nuestras inquietudes de madres primerizas. Por ello, desde que estamos embarazadas andamos pensando en qué podemos hacer en beneficio de su desarrollo.

Es así, como Dantecito pasó nueve meses escuchando la canción ‘Eres’ de Café Tacuba, bajo la idea que es un ‘estímulo sensorial’ para el bebé.  Luego, cuando nació, fue Mozart quien nos acompañaba en esas noches laaaargas. Ya de cuatro meses, eran tardeadas de karaoke con un repertorio amplio que incluía: canciones infantiles, Jaguares, Héroes del Silencio, Soda Stereo, José José y hasta Pablito Ruiz.

Contrario a la consideración de Aureliano Buendía sobre la infancia como “un periodo de insuficiencia mental”, la infancia es una etapa básica del desarrollo humano. No lo digo yo, sino innumerables estudios alrededor del mundo que afirman que el “cerebro alcanza el 80% de su desarrollo en los cuatro primeros años de vida”.

¡Alto! No mal interpretemos, no se trata que durante estos primeros cuatro años los atiborremos de letras y números, pensando que en un futuro tendremos un ‘genio’. De hecho los estudios revelan que la educación que les debemos dar en esos primeros cuatro años, no es para el futuro, sino para el presente porque el resto vendrá por ‘añadidura’.

Se trata de acompañarlos en el desarrollo de su lenguaje, habilidades sociales, motrocidad, estabilidad emocional, autoestima, afecto, enseñarles normas, valores, costumbres, entre otros.

¿Qué decir y que no decir?

Y aquí el porqué de esta entrada. En mi caso tengo un hijo, y si hay algo que me molesta es que alguien X ó Y persona me le diga frases negativas sobre su personalidad y comportamiento. Cuando lo regaño, trato de explicarle la razón, pero no decirle que hace mal las cosas, sino que él hace buenas cosas y puede hacerlas aún mejor. Me lo enseñó un amigo.

Y hay momentos en que me preocupo, porque tampoco quiero que sienta que nunca cumple mis expectativas. Los hij@ solemos querer ‘quedar bien siempre con nuestros progenitores’ y lo digo por experiencia personal. Así que buscar el balance es bien jodido.

A esto sumémoslo que tampoco quiero crear un ser humano arrogante. Él es varón y en este mundo, los hombres sólo por su pene llevan ventajas sobre las mujeres (Y no es envidia al pene como decía el misógino de Freud). Me preocupa darle ‘muchas alas’ y luego piense puede pasar encima de cualquiera. Él es un ser humano único, lindo, bello, precioso, pero para mí, porque al final de cuentas en el mundo vivimos millones de personas y todos somos únicos.

Hago la reflexión porque en lo personal siento que algunas frases repetitivas que escuché en mi infancia, me calaron tanto que aun siendo una mujer adulta, no he podido ‘sacudirmelas’ y eso muy a pesar de estar consciente que son el origen de algunos de mis temores.

Entonces vengo y busco en San Google: ¿Qué frases debemos decirles a nuestros hijos? Y te salen cerca de 691,000 resultados entre lo que debes decirles, lo que no debes decirles, lo que nunca debes decirles y otros.

¿Ahora que jodido hacemos? Creo que debemos repensar antes de decir frases que minen su confianza, su autoestima, su seguridad, pero tampoco hacerlos sentir que ellos puedan pasar encima de cualquiera, sin respeto, consideración, solidaridad.

Es bien complicado el asunto, pero quizás si como adultos estamos claros de quienes somos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, podría hacérsenos más fácil y educar sobre la base de quién somos. Pero haciendo una –reflexión – crítica de quienes somos.

Un día de estos platicaba con mi hermano sobre cosas de la vida, aciertos y desaciertos. Y coincidimos en eso: en hacernos una reflexión crítica de nuestras acciones con el propósito de mejorar y claro; como madres y padres de formar buenos seres humanos.

Ya veremos en unos años que tanto lo logré. Por ahora, aunque parezca loca, no me parece adecuado criticar a las/los niños sobre sus cuerpos, su comportamiento, su personalidad. Eso no contribuye con su desarrollo. Pensemos como si fuéramos niños o niñas.

Texto de Maryórit Guevara (Madre Insurrecta)

2 thoughts on “Cuidado con lo que les decimos”

  1. Tori dice:
    julio 25, 2016 a las 11:55 am

    This has made my day. I wish all pontisgs were this good.

    Responder
  2. Pingback: Ser y no Ser MACHO - El blog de tu madre

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