Mujeres, alguna vez han sacado la cuenta de ¿cuánto nos cuesta el amor? Yo no he sacado la cuenta, pero hoy, soy consciente que: Yo pago por AMAR. Probablemente ninguna ha sacado la cuenta. Y en este sentido me refiero al amor por los hij@s. Ese amor tiene un precio, así que vayan sacando su calculadora.
Ese precio, es mucho más alto para las mujeres, que para los hombres. Y sin embargo un precio que ha sido despreciado y negado en una cultura que le otorga, a las mujeres, la responsabilidad del cuido de los otros: de los hij@s, del hogar, del esposo, la madre, el padre, el abuelo, la abuela, etc. Las mujeres mantienen esa pirámide (esta sociedad), por encima de sus propias vidas.
Seamos sinceras, el amor de madre se ubica entre “la obligación y la satisfacción”, (Marcela Lagarde). Habrá días que quieren ‘tirar todo’, pero no lo hacemos. La ‘cultura del cuido’ nos dice a las mujeres – y a la sociedad en general – que ese amor es incondicional, no tiene medida, y tampoco valor monetario. Por lo menos, a mí no me sale un cheque quincenal. Ni creo me lo paguen, porque es un trabajo mayor a las 48 horas semanales; sin horarios de entrada, ni salida.
¿Porque creen que el hombre ‘moderno’ no asume la cultura del cuido? Sencillo. El asumir el cuido significa descuidarse. Sólo da una mirada a tu alrededor. Esas mujeres, que trabajan bajo sol para mantener a sus hij@s. Esas mujeres que anteponen el alimento, el tiempo, la educación, la recreación, la salud de sus hijos, por encima de las necesidades propias. Por eso la veneramos, que madre más buena. Cuidar, es dejar los intereses propios, dejar de ser el centro de nuestras propias vidas.
La maternidad, es un trabajo que reduce nuestra existencia a satisfacer las necesidades de los otros. Y a pesar que constituye la labor social que asegura la preservación de la humanidad, NADIE la quiere hacer, porque además somos las mujeres quienes desarrollamos “el instinto maternal”, por eso aquellas que ‘no poseen ese instinto’ que las convierte en ‘MADRES ABNEGADAS’, son ubicadas en una posición socialmente aberrante, que ninguna quiere ocupar, de ‘MADRES DESNATURALIZADAS’. Y aquellas que no quieren ser madres, esas son unas ‘EGOISTAS’, no son ‘VERDADERAS MUJERES’.
Algunas mujeres, nos las hemos creído y nos auto-proclamamos, revolucionarias. Trabajamos fuera de casa y somos madres, pero perdón, eso nos ubica en una doble jornada. Ya me veo tipo película: saliendo de la oficina, con una capa de ‘super – woman’, llegando a la casa y atendiendo a mi hijo. Para a las 7:00 p.m. estar cayéndome de sueño. Hacemos malabares para cumplir ambos roles sociales. Y que en pro de cumplir con ese rol social, restamos responsabilidades a los hombres – padres. Y bueno, algunos que ni se molestan por preguntar.
Es parte de la modernidad. No cambiamos la mentalidad social, sino que las mujeres debimos cambiar para poder ‘hacer el intento’ de tener un desarrollo individual,» formar parte del mundo moderno, tener poder económico, político y alcanzar el éxito. El resultado: millones de mujeres tradicionales-modernas a la vez. Mujeres atrapadas en una relación inequitativa entre cuidar y desarrollarse”.
Aún no he sacado la cuenta del precio que pago por amar. Y no es que me esté quejando, pero vale la pena reflexionar sobre la función de las madres. Tiene un precio, así que mujeres, que nadie me les diga: ‘ella no trabaja’, porque todas las que están en casa cuidando de mantener ‘el equilibrio del hogar’, están trabajando, pero sin salario.
Ah y se me olvidaba decirles; el amor romántico también tiene su precio. ¿Cómo creen que se fundamenta el capitalismo? Sólo puede ser de ‘dos en dos’, pero esa se las comparto en otra ocasión. ¡Feliz 14 de Febrero! Tan rico que es AMAR
Texto de Maryórit Guevara (Madre Insurrecta)