Antes que termine el mes del Amor y la Amistad quiero felicitar a quienes, en estas fechas simbólicas, contrajeron nupcias, pero también a aquellos que están dando los primeros pasos para reconciliarse.
Siiiiiiiiiii. Cupido logró aquello que ni la CIDH, ni el GIEI, ni el Meseni, ni la Oacnudh y mucho menos los diputados europeos lograron… sentar a Ortega en una mesa de diálogo.
¡Ups! Quiero decir sentar a Ortega en una mesa de negociación con su antiguo y fiel amor: el Cosep.
Después de diez meses de una violenta ruptura, de humillación tras humillación… el Cosep y sus socios millonarios corren al primer llamado de Ortega. ¡Esto es encule!
Es que el amor es más fuerte que el odio (en especial cuando hay millones de por medio) y como en toda relación de pareja hay que resguardar los bienes en pro del patrimonio familiar.
En juego están: 10 años de acuerdos de salario mínimo que ni siquiera alcanzan para la canasta básica, más de 124 leyes aprobadas por consenso, más de 40 alianzas político-privadas, exoneraciones fiscales y todas las ventajas económicas y las oportunidades de inversión que el Cosep recibió siendo el amante de Ortega.
El Cosep es en Nicaragua el único con el que Ortega se ha sentado a negociar en doce años, sin poner ningún límite ante el abuso de poder, el autoritarismo y la corrupción de la dictadura.
Hasta el 16 de abril, cuando Ortega, el presidente socialista que le sirve al FMI, aprobó unas reformas al seguro social sin el beneplácito de la empresa privada. Siiiiiiiii esas reformas que Ortega impuso en 2019!
Y a pesar de las evidencias de que nos encaminábamos a una dictadura, el gran capital fue capaz de cabildear en Washington D.C. en defensa de la dictadura y contra la aprobación de la Nica Act.
Pero que suuuuucio es el amor! En realidad se trata de fomentar la paz y la reconciliación. Tanto, que el líder revolucionario esta dispuesto a sentarse con un grupo de empresarios traidores partícipes de un golpe de estado financiado por el yanqui enemigo de la humanidad.
Aunque también se reunió con un delegado de la OEA, organismo dirigido por Luis Almagro, otro “agente golpista” de Estados Unidos, país del que llegaron dos emisarios de Trump a su residencia en El Carmen.
¿Pero, qué le pasa a Ortega? ¿Dónde quedan los ideales antimperialistas heredados de Sandino? ¿Por qué ahora desfila tanta gente por El Carmen?
Claroooooo… Nicolas Maduro, el sugar daddy de Ortega, tiene las horas contadas, por lo que Ortega le está buscando repuesto. ¡Pendejo no es!
Pero tranquila, compañera, solo son estrategias políticas de sobrevivencia. La relación de ustedes sigue intacta. Tanto así que les concederemos el deseo de compartir celda en el nuevo Chipote, donde incluso podrán celebrar sus bodas de oro.
Porque hasta ahora nada apunta a que ambos tengan la grandeza de pactar con el pueblo una salida que les permita abandonar Nicaragua.
En cambio corremos el riesgo de repetir la historia que le procura a Ortega gobernar desde abajo. Y que esta vez pueda volver cuando cuente con un sucesor que de preferencia comparta sus genes.
Han llamado a negociación sin ninguna garantía que augure justicia para las víctimas y muchos menos la restauración de la democracia mediante elecciones anticipadas y libres. ¡Y lo hacen a puertas cerradas!
Así que pierdan las esperanzas de saber qué iba a decir Bayardo Arce, reyirse de lamentoso y saber qué pasó en el tercer piso de la Upoli.
El riesgo es que la debacle económica pase encima de los más de 300 asesinados, los mutilados, los más de 700 presos políticos, los expulsados, despedidos, los más de mil desaparecidos y los más de 23 mil exiliados porque su participación es mínima.
Por aquello de que Ortega y la izquierda no negocia con la “derecha golpista y terrorista” y menos con “las hordas criminales de grupos fascistas al servicio del imperialismo norteamericano”.
Aunque la compañera, primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo apela a la paz y el perdón con la esperanza de que el pueblo olvide sus crímenes de lesa humanidad y haga borrón y cuenta nueva.
Pero la pesadilla de un mañana con Ortega y Murillo solo logra efectos contrarios y la pareja redobla su convicción de no entregar el poder mientras vivan.
Por eso probablemente no hay que perder de vista cuál es el objetivo de cualquier negociación o diálogo con la dictadura de Ortega-Murillo: ¡DEFINIR CÓMO Y CUÁNDO SERÁ SU SALIDA!